El Betis, que tiene acostumbrado a los suyos a lo imposible, hizo en el Calderón una más de las suyas. El conjunto verdiblanco comenzó ganando cuatro partidos consecutivos que le hicieron ser líder, pero luego sólo fue capaz de sumar un punto de 30 posibles. Lo peor del calendario estaba por llegar, después de perder dos partidos en el descuento ante Real Sociedad y Osasuna. Pero apareció la parte positiva de esta entidad centenaria. Dos victorias consecutivas, seis de seis, ante Valencia y Atlético de Madrid, dos equipos que, teóricamente, deben luchar por la Champions League. Lo hizo, cómo no, con sufrimiento y con auténtico asedio de los locales, pero la victoria en la capital le sirve al Betis para coger aire y, sobre todo, para pasar unas Navidades tranquilas.
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