La Iglesia Parroquial Santa María de las Nieves acoge mañana viernes 3 de febrero un año más, y desde 1617, la festividad de San Blas. Niños y niñas de todas las edades bendecirán sus roscas y palomitas para evitar las afecciones de garganta durante el año. Esta tradición, propia de Olivares, se remonta a la época del valido del rey Felipe IV, personaje ilustre de la localidad.
¿Tradición o milagro? Cuenta la historia que comer el pan bendito durante la festividad de San Blas evita las afecciones de garganta durante todo el año.
Días después de las plegarias, María de Guzmán, única hija del Conde a la que más tarde le daría el título de Marquesa de Heliche, comenzó a sanar de sus dolencias y se recuperó completamente. Don Gaspar, en acción de gracias, ordenó se instituyese como festividad religiosa en Olivares y en todas sus posesiones del Aljarafe el día de San Blas con misa y bendición de panes.
Desde entonces, y van ya 395 años, cada 3 de febrero, niños y niñas de todas las edades acuden a la Iglesia Parroquial Santa María de las Nieves a bendecir sus roscas y palomitas para no contraer enfermedades de garganta.
Para la ocasión, los pequeños –ayudados por sus familiares- prepararán sus cestas, adornadas con lazos rojos y blancos -los colores de San Blas- y azul y amarillo de la bandera de Olivares y llenan sus cestas de panes típicos de esta fecha que, cada año, elaboran las panaderías del municipio.
Para que quedase constancia de este hecho, el Conde de Olivares, además hizo pintar un cuadro de grandes dimensiones con tal motivo. Lienzo que actualmente se encuentra en la Capilla del Sagrario de la Colegiata, hoy Iglesia Parroquial Santa María de las Nieves y que mañana podrán ver los más pequeños y pequeñas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario